4 de agosto de 2008

LA GRAN REGULARIZACION

Sobre Caldera que siempre se consideró postergado por Zapatero ,recayeron,sin embargo,las medidas más progresistas del Ejecutivo.Una de las de mayor alcance fue la regularización de inmigrantes de 2005,una iniciativa duramente criticada por el PP y por varios de los socios europeos.Un total de 577.923 extranjeros ,según datos del Ministerio de Interior ,obtuvieron permiso de residencia en españa a lo largo del proceso,que venía a sumarse a los cinco emprendidos por el Gobierno anterior,bajo cuyomandato cerca de 480.000 inmigrantes traspasaron la línea de la ilegalidad.

Por primera vez, se vinculó la regularización de los inmigrantes a la obtención de un contrato de trabajo,de modo que el reconocimiento disparó las afiliaciones.El Gobierno se comprometió a no sancionar a los empleadores que,voluntariamente ,diesen de alta a los trabajadores que habían empleado de forma irregular,pero amenazó con abrir procesos de inspección severos para quienes, con posterioridad,siguiesen contratando ilegalmente.

El 7 febrero de 2005,se inició un proceso de regularización que concluiría tres meses después.Lo que para el Ejecutivo fue un éxito indiscutible,no era para Rajoy sino "un efecto llamada ecuménico,una entrada de inmigrantes anárquica,incontrolada e insostenible".En apoyo de la tesis del líder del PP terció el entonces ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy.Su primer pronunciamiento tuvo lugar en el marco de una Convención de "populares" europeos,reunidos en París en junio de 2005 para aboradar el problema de inmigración.

A París acudió el secretario general del PP,ángel Acebes.Propuso un modelo de inmigración selectiva,rechazando de plano las regularizaciones masivas que,en su opinión "premian la irregularidad,producen un "efecto llamada",desaniman a los inmigrantes regulares,propician de fraude,fevorecen a las organizaciones criminales y desincentivan a los Estados de origen para combatir las mafias".Una afirmación que dijo "compartir" el francés Sarkozy,quién aseguró que "menos del 50% de los inmigrantes viene para responder a las necesidades de la economía" y que,por el contrario ,la mayoría pesaban "sobre el mercado de trabajo".

La actitud combativa de Sarkozy dio alas y argumetnos a un PP que hizo en cayucos a las costas de Canarias de miles de inmigrantes africanos después,uno de sus principales caballos de batalla. Rajoy y Zapatero se enzarzaban en el congreso de los diputados a cuenta política de inmigración,mientras Sarkozy advertía ,en clara alusión a españa,que no se podía pedir ayuda a la Unión Europea para luchar contra la inmigración ilegal después de hacer una regularización masiva.Hacia él volvió Zapatero su artillería: en materia de inmigración al gobierno español no le valían las lecciones de Francia,donde aún seguían vivos los rescoldos de la violancia desatada n los suburbios parisinos.

A finales de 2006 alguno cálculos cifraban en un millón de personas la bolsa de inmigrantes iregulares.Ni los dispositivos de control marítimo establecidos a nivel europeo,ni el aumento de la cooperación internacional que entre 2004 y 2006 se incrementó en un 62%,pasando de los 1970 millones de euros en 2004,a 3200 millones de euros en 2006 fueron capaces de frenar esa tendencia.

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