11 de julio de 2008

EL SHOCK DE LA PLAZA DE TIANANMEN

Uno de los primeros lugares en los que la atrevida proclama de Fukuyama quedó desacreditada de inmediato fue China. Fukuyama había pronunciado su conferencia de febrero de 1989 ; dos meses después estallaba en Pekín un movimiento prodemocrático que organizó sentadas y manifestaciones masivas en la plaza de Tiananmen . Fukuyama aseguraba que las reformas democráticas y las “de libre mercado“ eran procesos gemelos , imposibles de desdoblar. Sin embargo, en China, el gobierno estaba haciendo precisamente eso, desligar ambos procesos: estaba realizando grandes esfuerzos para desregular los salarios y los precios y ampliar el ámbito de acción del mercado, pero, al mismo tiempo, estaba firmemente decidido a oponerse a toda reivindicación de elecciones democráticas o de reconocimiento de los derechos humanos. Los manifestantes, por su parte, exigían democracia, pero muchos muchos de ellos estaban en contra de las medidas gubernamentales de promoción del capitalismo sin restricciones ,un detalle del que la prensa occidental olvidó informar en la mayoría de sus noticias y reportajes sobre el mencionado movimiento popular. En China, la democracia y la teoría económica de la Escuela de Chicago no estaban yendo de la mano , ni mucho menos, sino que ocupaban posiciones enfrentadas a uno y otro lado de las barricadas levantadas en torno a la plaza de Tianamen.

A principios de los años ochenta, el gobierno chino, liderado entonces por Deng Xiaoping, estaba obsesionado por evitar una reedición de lo que acababa de suceder en Polonia, donde los trabajadores habían podido formar un movimiento independiente que desafiaba el monopolio que ejercía el Partido Comunista sobre el poder. Pero lo que preocupaba a los máximos dirigentes chinos no era la posiblidad de que desapareciesen la industria de propiedad estatal y las comunas agrícolas que constituían el fundamento del Estado comunista Leer Más

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