4 de agosto de 2008

Consumo,distraccion y entretenimiento


En un interesante artículo de Noam Chomsky,el autor realiza un recorrido histórico por las distintas estrategías propagandísticas que los gobiernos han realizado con ayuda de los medios de comunicación en la era moderna.Detrás de esto,evidentemente , se encuentran los intereses no sólo de indole política,sino los que más importan para la supervivencia del sistema:los económicos.Es así una élite especializada la que domina e impone unos valores considerados correctos a una mayoría de la población,el rebaño desconcertado,del que Chomsky no habla citando a Lippmann.Dicha minoría es en la actualidad dueña de los medios de comunicación, de esos canales por los que se transmiten valores y consignas que mantienen la situación inalterable mediante el control de la opinión pública:

El rebaño desconcertado es un problema.Hay que evitar que brame y pisotee, y para ello habrá que distraerlo.Será cuestión de conseguir que los sujetos que lo forman se queden en casa viendo partidos de fútbol,culebrones o peliculas violentas, aunque de vez en cuando se les saque del sopor y se les convoque a corear eslóganes sin sentido,como Apoyad a nuestras tropas.Hay que hacer que conserven un miedo permanente, porque a menos que estén debidamente atemorizados por todos los posibles males que pueden destruirles,desde dentro o desde fuera,podrían empezar a pensar por sí mismos,lo cual es muy peligroso ya que no tienen la capacidad de hacerlo.Por ello es importante distraerles y marginarles.(Noam Chomsky: "El control de los medios de comunicación")

Nunca más que en este momento las palabras de Chomsky toman tanto sentido a nivel planetario.Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.Estados unidos enconntró el argumento ideal para hablar de un mundo inseguro y de enemigos a eliminar.De hecho justificó la guerra de Afgansitán en busca de Bin Laden y la posterior guerra de Irak en busca de las nunca halladas armas de destrucción masiva.En ambos conflictos ,los medios de comunicación estadounidenses se motraron unánimes y funcionaron como herramientas propagandísticas al servicio de la administración Bush.La consigna era,la articulación del bien encarnado en los Estados unidos contra las fuerzas del mal.

En España ,los medios , en su mayoría,se hicieron eco de una opinión pública contraria a la guerra y destaca, en ese sentido,el papel jugado por muchos periodistas que desde el inicio de la crisis pusieron en duda las argumentaciones norteamericanas para invadir Irak.Aunque estas ocasiones ,este "buen hacer" de los periodistas se saldó con represalias a nivel laboral,como ocurrió con Ricardo Ortega y Carlos Hernández en Antena 3.No podemos olvidar que desde el primer momento el gobierno de José Maria Aznar se posicióno a favor de los Estados Unidos ,manteniendo también la tesis de contribuir con el derrocamiento de Sadam a un mundo más seguro.Esta misma tesis seguía siendo mantenida por el jefe de los populares incluso tras la demostración de la no existencia de dichas armas y días déspues de que Madrid sufriera el atentado del 11 de marzo de 2004.

La creación de un enemigo que perturbe la normalidad de Occidente resulta hoy fácilmente identificable,como lo era en la década de los ochenta.El monstruo comunista de la Guerra Fría ha sido sustituido por el fantasma del extremismo islñamico ,sin profundizar en sus causas y manipulando los mensajes en situaciones en las que la opinión pública está especialmente sensibilizada.Así ocurrió días del 11-S en Estados Unidos,cuando el mundo entero le puso cara y nombre al autor material de los atentados a través de un vídeo "encontrado" por tropas estadounidenses y difundido por los medios de este país.El mensaje penetró en la conciencia mundialy extendió su proyección como amenza frente a la salva guarda que significaba el control de la paz por parte de los Estados Unidos.

La reciente guerra de Irak nos proporciona así un cercano ejemplo del control que la élite en el poder realiza actualmente sobre la mayoría de la población,con la inestimable ayuda de la estructura mediática.Hemos llegado a constatar que dicha práctica no sólo se lleva a cabo en momentos de crisis, sino que se realiza de manera diaria.Los contenidos que nos llegan son cada día más espectacualres y trivales y responden a criterios económicos que optan por apartar los que podrían se más serios a favor de los más banales.




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