25 de octubre de 2008

La Personalidad Malvada

Las catástrofes humanitarias de los siglos XX y XXI,como el Holocausto nazi ,el genocidio armenio, los sucesos de Bosnia, Ruanda Kosovo o Darfur, han planteado muy serias dudas acerca de cómo individuos aparentemente normales pueden, bajo determinadas circunstancias, convertirse en asesinos en serie.Desde su nacimiento la psicología se ha esforzado por eludir las elucubraciones e intentar establecer criterios lo más objetivos posibles para poder avanzar como ciencia. En este sentido los psicólogos han desarrollado en los últimos cien años un importante esfuerzo para poder clasificar los patrones de las patologías mentales de acuerdo con criterios objetivables y universalizables ,como la observación de conductas y el registro de su incidencia para poder clasificar los problemas y los trastornos psicológicos. La clasificación internacional de enfermedades mentales ,la actual DSM-IV, y también la denominada CIE 10,son el resultado de esos esfuerzos. Estas guías exponen criterios muy rigurosos y objetivos para establecer si un individuo puede recibir un determinado diagnóstico clínico o no. Algunos especialistas en la psicología de la personalidad abogan , sin embargo, por dar un paso más en el estudio de los problemas que aquejan a los individuos y postulan la existencia intrapsíquica de dimensiones relativamente estables en la población,o factores de la personalidad, con independencia de que puedan manifestarse o no en forma de conductas observables en esos individuos. Se habla entonces de perfiles de personalidad, actitudes, o de disposiciones de los individuos.En los últimos años, algunos autores han podido establecer, mediante sus estudios, la evidencia de la presencia, entre la población normal, de niveles no clínicos de la dimensión «psicopatía».Estos autores concluyen que se pueden observar en la población normal patrones de personalidad que, sin llegar a ser propiamente patológicos, serían los precursores silentes y adormecidos de terribles posibilidades de comportamiento en cada uno de nosotros.
Estos autores proponen profundizar en la la existencia de estos patrones previos de la personalidad que, pudiendo resultar alteados, estarían presentes en buena parte de la población que calificamos como sana o psicopatológicamente normal.Uno de ellos es el eminente psiquiatra norteamericano Scott Peck, quien, en su libro People o[ the Lie: The Hope flr Healing Human Evil, perfila una teoría de la personalidad denominada personalidad maligna o malvada (evil personality), cuya manifestación concreta es una perversa obsesión por aniquilar o destruir todo aquello que se manifiesta en los demás como realizado,feliz, vital o rebosante de plenitud existencial.Estos individuos, al parecer, han desarrollado una serie de atribuciones éticas negativas y por alguna razón se consideran interiormente malvados o perversos. Esta forma de ser y de estar en el mundo percibe y vive las conductas benevolentes, confiadas o positivas de los demás como una amenaza. Según Peck, la fuente de esta disonancia les lleva a sacrificar a otros para reducida y preservar así su propia autoimagen.Tal y como señala el mismo Peck en su libro: «La personalidad malvada utiliza el poder para aniquilar el crecimiento humano y espiritual en los demás, con el propósito de preservar y defender la integridad de su propia personalidad enfermiza» (Peck, 1983).Para Peck la personalidad malvada constituye una auténtica patología mental y espiritual que se sitúa al margen de la normalidad.Sin embargo, éste no es el caso de otros autores que consideran la existencia de un grupo de personalidades normales, precursoras de la psicopatía clínica que denominan la tríada oscura (Paulhus y Williams, 2002; Babiak y Hare, 2007). Se trata de un agrupamiento de las personalidades psicopáticas que incluye tres tipos: los autopromotores aberrantes, vulgarmente conocidos como trepas, los maquiavélicos y los narcisistas.


No hay comentarios: