28 de junio de 2008

LA TERAPIA DE SHOCK EN CASA

La escuela de Chicago de Friedman se ha impuesto en todo el mundo desde los años sesenta,pero hasta hace poco su visión jamás se había aplicado totalmente en su país de origen.Ciertamente,Reagan fue pionero,pero Estados Unidos aún cuenta con una red de asistencia y seguridad social, y escuelas públicas a las que los padres se aferran,según las palabras de Friedman ,con "un irracional apego a un sistema socialista".
Cuando los republicanos se hicieron con el Congreso en 1995,David Furum,candiense residente en Estados Unidos y futuro redactor de discursos para George Bush ,era uno de los neoconservadores que pedía una revolución económica de terapia de shock para el país."Así es como ,creo que debería hacerse:en lugar de recortes residuales,un poco por aquí,otro poco por allá,yo eliminaría trescientos programas en un día, este verano,todos los cuales cuestan cada uno mil millones de dólares o menos.
Quizá no sean reducciónes muy sustanciales pero vaya si queda claro que las cosas van a cambiar.Y esto se puede hacer ya".Frum no pudo llevar a cabo sus planes domésticos para la terapia de shock en ese entonces,sobre todo porque no hubo ninguna crisis que preparara el terreno:Pero eso cambió en 2001.Cuando se produjeron los atentados del 11 de septiembre,en la Casa Blanca pululaban un buen número de discípulos de Friedman ,incluyendo su gran amigo Donald Rumsfeld.El equipo de Bush aprovechó la ocasión,el momento del vértigo colectivo con ávida rapidez.Al contario de lo que algunos han afirmado ,no fue porque la adminsitarción hubiera maquinado lo sucedido,sino porque las figuras clave del gobierno,veteranos de los anteriores experimentos del capitalismo desastre de Latinoamérica y Europa del Este,formaban parte de un movimiento que reza para que se produzca la crisis igual que los granjeros sedientos rezan para que llueva,como los cristianos apocalípticos rezan para que llegue el Rapto que ha de llevarse a los fieles a la vera de Jesús .Cuando por fin se desata la tragedia,saben inmediatamente que ha llegado ese momento.

Durante tres décadas.Friedman y sus discípulos sacaron partido metódicamente de la crisis y los shocks que los demás países sufrían los equivalentes extranjeros del 11 de septiembre :al golpe de Pinochet otro 11 de septiembre ,en 1973.Lo que sucedió en el año 2001 fue que una ideología nacida a la sombra de las universidades norteamericanas y fortalecida en las isntituciones políticas de Washington por fin podía regresar a casa.

La adminsitración Bush empezó por subcontratar,sin ningún tipo de debate público,varias de las funciones más delicadas e intrínsecas del Estado:desde la sanidad para los presos hasta las sesiones de interrogación de los detenidos.El papel del gobierno en esta guerra sin fin ya no es el de un gestor que se ocupa de una red de contratistas,sino el de un inversor capitalista de recursos financieros sin límite que proporciona el capital inicial para la creación del complejo empresarial y después se convierte en el principal cliente de sus nuevos servicios.Basta citar tres datos que demuestran el alcance de la transformación:en 2003,el gobierno estadounidense atorgó 3512 contratos a empresas privadas en concepto de servicios de seguridad.Durante un periódo de veintidós meses hasta agosta de 2006,el Departamento de Seguridad Nacional había emitido más de 115000 contratos similares.La"industria de seguridad interior" se había convertido en un sector que facturaba más de 200000 milones de dólares.En 2006, el gasto del gobierno de Estados UNidos en seguridad interior ascendía a una media de 545 dólares por cada familia.

Y eso si hablamos únicamente del frente nacional de la guerra contra el terror;las fortunas se ganan luchando en el extranjero.Sin contar los fabricantes de armas,cuyos beneficios se han disparado gracias a la guerra de Irak,el mantenimiento del ejército estadounidense es uno de los sectores de servicios que más ha crecido en el mundo entero."Jamás se ha librado una guerra entre dos países que tengan un McDonald's en su territorio!afirmó sin rubor el columnista Thomas Friedman en New York Times en diciembre de 1996.No solo puso de manifiesto su error dos años más tarde,sino que gracias al modelo de beneficios militares,ahora el ejército norteamericano va a la guerra con Burger King y Pizza Hut,puesto que los contrata para hacerse cargo de las franquicias que han de alimentar a los soldados en sus bases militares desde Irak hasta la "miniciudad" de la bahía de Guantánamo.

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