21 de octubre de 2008

Hacer Aflorar Los Miedos

A medida que la anterior red protectora de derechos sociales se debilita y se deja de confiar en que dure el tiempo necesario para que ofrezca un marco sólido para nuestros planes de futuro, regresa la pesadilla de la inseguridad y del miedo que el Estado Social había propuesto eliminar para siempre; pero ahora nos vemos obligados a buscar remedios en otra parte.Citando a Lawson:<<Como ya no hay nada más a lo que recurrir ,es probable que las personas acaben renunciando a la noción del colectivismo en su conjunto [..] y echen mano del mercado como árbitro de la prestación de bienes y servicios>>Y los mercados ,como es bien sabido ,actúan en un sentido muy distinto al de las intenciones del Estado Social:el mercado prospera cuando se dan condiciones de inseguridad; saca buen provecho de los temores humanos y de la sensación de desamparo.Ahora que las defensas que proporcionaba el Estado contra los estremecimientos existenciales de autodefensa comunitaria (como los sindicatos y otros instrumentos de negociación colectiva) están siguiendo el mismo camino, sometidos a la presión de un mercado competitivo que erosiona la solidaridad de los más débiles ,se ha dejado en manos de los individuos la búsqueda,la detección y la práctica de soluciones individuales a problemas socialmente producidos,tareas éstas que los individuos tienen que llevar a cabo a través de acciones separadas y en solitario, equipados con herramientas y recursos de su exclusiva propiedad que ellos mismos han de hacer funcionar por su cuenta y que resultan a todas luces inadecuados para las labores asignadas.Al ofrecer una mayor flexibilidad como único remedio para un volumen de inseguridad que ya es insoportable, los mensajes que proceden de las sedes del poder politicio dibujan una prespectiva para el futuro inmediato de mayores obstáculos y privatización de los problemas ,y, por consiguiente ,de mayor (y no menor) incertidumbre,en última instancia.Dan pocas esperanzas de alcanzar una seguridad existencial colectivamente garantizada y, en su lugar, animan a sus destinatarios a centrarse en su propia protección personal en un mundo cada vez más incierto o impredecible,y, por tanto, potencialmente peligroso.
La atención y el cuidado omnipresentes << desde el momento en que nacíamos hasta que moríamos>>podían resultar opresivos hasta extremos exasperadamente.Comparados con variedades aún no probadas (y,como consecuencia de ello,más tentadoras) de productos y artículos de mercado, posiblemente parezcan sosos, insípidos y monótonos,sin <<chispa>> ,desprovistos de ese mínimo de cambio,sorpresa y desafío que la vida necesita para apartarse de ese desagradable aburrimiento que tanto nos incapacita.Esa clase de atención y cuidado , del que ahora se acusa al <<Estado Social>>que reprobada por excesiva;invitó a la rebelión generalizada.En un momento de reflexión (si es que podemos hallarlo y permitírnoslo entre el perpetuo ajetreo que consume nuestro tiempo) ,puede que mediten sobre la descripción que Woody Allen hizo de su dilema (y que coincidan con ella): la humanidad está hoy,más que en ningún otro momento anterior de la historia,en un auténtico cruce de caminos .Uno de ellos lleva a la desesperación y la desesperanza más absoluta.El otro,a la extinción total.Como escribieron los editores de Hedgehog Review en la introducción de un número especial de la revista dedicado al miedo,<<a falta de comodidad existencial>>la gente tiende a conformarse <<con la protección (safety) o con un sucedáneo de ésta>> .

La palabra inglesa <<safety>> (ausente por cierto,de otras muchas lenguas europeas) evoca principalmente los aspectos personales -materiales ,físicos - de la seguridad,por lo que la cita anterior viene a sugerir que las personas suelen conformarse con la seguridad de sus cuerpos y de las extensiones de éstos (es decir,sus hogares y lo que éstos contienen, así como las calles que recorren esos cuerpos,vulnerables e indefensos como parecen estar ante golpes que resultan particularmente aterradores y dolorosos por su carácter repentino e inesperado).Pero puesto que es la ausencia de una <<seguridad existencial>> ( o la ausencia,más bien,de confianza en que ésta pueda durar) la que desencadena todo el proceso ,la preocupación por la seguridad personal con la que la gente en general parece conformarse no apunta a la causa auténtica de los problemas que provocan su febril búsqueda de una solución.

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